El Gato

Manulandia's Historic Science presenta una de las paradojas más conocidas del mundo científico: El Gato de Schödinger. Mira que yo había oído veces lo del gato, pero nunca me había preocupado lo suficiente por saber de dónde salía. Y he pensado, si todo el mundo habla del puto gato, será que es conocido.

Bueno, vamos a empezar por la interpretación de Copenhague, basada en el Principio de Incertidumbre. Según esto, cuando se observa una partícula, en un estado A el que sea, en un momento, y luego hacemos una segunda observación y la partícula está en un estado B, en realidad no podemos saber si esa partícula ha cambiado su estado, si es otra partícula o incluso si hemos sido nosotros por el mismo hecho de realizar el experimento, los que hemos modificado (o forzando que no se modifique) el estado de dicha partícula. Pero los experimentos son la única forma de conocer el estado...

Esta teoría tuvo grandes e importantes críticos, como Einstein, Podolsky, Rosen... y por supuesto Schödinger, que presentó la siguiente paradoja que produce esta interpretación:
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Supongamos una caja cerrada y opaca que tiene dentro:
- Una partícula con el 50% de probabilidades de desintegrarse.
- Una botella con gas venenoso.
- Un dispositivo tal que si la partícula se desintegra, rompe la botella y libera el veneno.
- Por supuesto, un gato. El gato.

Según la interpretación de Copenhague, dado que la vida del gato depende únicamente de una partícula regida por las leyes de la mecánica cuántica, la vida del gato también se rige por estas leyes, de tal forma que según esta interpretación, el gato está en un estado vivo y muerto a la vez, mientras no abramos la caja para verlo, y el sólo hecho de abrir la caja y observarlo, cambia el estado del gato, dado que ya al abrir la caja, el gato pasa a uno de los dos estados: o está vivo, o ha palmado. Así que es el observador, por el mero hecho de observar, el que ha cambiado el estado del gato, cuando todos sabemos que el gato "o está vivo o está muerto" dentro de la caja, creedme que el gato se daría cuenta =).

Hasta aquí la paradoja del gato de Schödinger. Esta paradoja ha hecho reflexionar a multitud de físicos e incluso filósofos sobre ella, hasta el punto de que, según he leído en la wikipedia, el propio autor acabó hasta los cojones de ella, llegando a decir: "Cada vez que oigo hablar de ese gato, saco mi pistola..." Así me gusta Schödi, dales duro. juas.